Una bella passeggiata

lunes, 10 de noviembre de 2008


Ya nos lo decía el tío de Rocío: La huelga en Italia es una institución nacional. Y yo sin querer creer a Ana cuando me decía que se llevó todo el primer cuatrimestre sin ir a clases en Roma. Ahora estoy experimentándolo en mi propio pellejo y escucho, entre parada y parada de autobús, cómo los padres alientan a sus hijos, que ahora no pueden parar, que hay que llevarla hasta el final. Claro, que la huelga que tocaba hoy era de transportes, para la revisión de las mejoras en las condiciones del contrato estatal. Situación que me ha imposibilitado escuchar las conversaciones en el autobús con las que tanto aprendo, como es de esperar XD.

Explico la situación: la huelga empezó a las 9:15 lo que me permitió coger uno de los dos buses hasta Sesto fiorentino, que es donde tenía clases hoy y que es la facultad más retirada que existe del centro. Ir un lunes, tempranííísimo como se levantan aquí, para asistir a una lección en el quinto carajo diría que se puede comparar con el infierno que describe Dante en su Divina Comedia. El segundo autobús no llegó. A la media hora de esperar en “Nuovo Pignone” me puse a leer un libro sentado en la acera de la parada resignado a coger el primero que pasara... pero los que pasaban iban todos al depósito.

De pronto una chica alemana me pregunta, en un inglés muy veloz, un montón de cosas que no llego a entender del todo. Resulta que tiene un mapa!!!!! y que quiere ir al campus “A piedi!!!!” Me pregunta que si sé cómo llegar, y yo qué le contesto?? Que no sé pero que le acompaño!!! Menos mal que se nos apuntó otra chica italiana que hablaba inglés perfectamente, porque su madre era americana, que si no, las conversaciones se hubieran limitado muchísimo. Estoy olvidando todos los idiomas y ahora solo pienso en italiano cuando no lo hago en español.

Total, que nos vamos andando por los campos y carreteras de la Toscana. En realidad parecía sencillo, de hecho al final lo fue, porque existe una carretera prácticamente en línea recta desde donde estábamos, pero había que salvar un pequeño obstáculo: que el aeropuerto estaba justo en medio!!!. Tuvimos que rodearlo. La chica italiana primero quiso hacerlo por la izquierda pero... menos mal que estaba yo!!!!!!!!!!! Con mis super gafas de sol graduadas!!!! que me di cuenta que nos estábamos alejando en lugar de acercarnos!!! Así que volvimos tras nuestros pasos y lo rodeamos por la derecha.

Lo mejor de todo: que cuando llegué a la facultad ya se había terminado la clase porque la habían adelantado para que todo el mundo pudiese llegar a tiempo en los autobuses. Os podéis imaginar mi cara y las palabritas (en italiano) que solté por mi boquita.... :S ¿¿Cómo (y pongo las dos interrogaciones) se puede cambiar una clase y no avisar antes?? Pues acabáis de conocer otro pequeño matiz del carácter italiano. No es la primera vez que me pasa. De hecho esta mañana me volvió a pasar con el carpintero, con el que había quedado a las 8 para que arreglara un escalón que se había despegado y el que me dio también plantón (segunda vez que me lo da).

El final: A las 12:15 volvían a circular los autobuses hasta las 15:30 y me fui al otro campus donde tenía la otra clase del día. Cuando terminé a las 16:30, en lugar de coger el autobús, me volví andando a casa. Otra hora caminando y escuchando música por las calles de Florencia, por esa que no conoce todo el mundo porque está alejada del Duomo y las tiendas del centro. Una bella passeggiata.

2 comentarios:

Callejuelo dijo...

Esas huelgas y cambios repentinos de clase me recuerda mucho a los que nos contaba Ana el año pasado de Erasmus en Roma, jaja

Nono dijo...

Ayer fuimos a ver una peli en italiano dentro del ciclo del festival de cine Europeo que hay todos los años en Sevilla. Estuvimos 12 personas, estaba Dino y Rita italianos y la peli era Il Divo, que tal vez, se lleve algún premio. Era curioso ver los entresijos de la política de este país, la mafia y como se comporta la gente. Apenas entendí nada ni con subtítulos. Pero reconozco que estaba bien hecha.