Mi gente, mi tierra y mi ambiente

Pues aquí estamos un día más, recien levantado porque anoche salimos de marcha otra vez. Hoy estamos en el piso Rocío, Migue (visita sorpresa que ni se esperaba él) y yo. Nuestras otras dos compis han volado a Londres para pasar el fin de semana en casa de la prima de una colega erasmus. Quería contaros lo chulas que son estas fechas aquí. Todo está con decoración y luces navideñas y, entre los que tenemos ganas de volver pronto, se respira puro ambiente e ilusión navideña. Antes de ayer fuimos a una cena de Nochevieja adelantada (o atrasada según se mire porque revivimos el fin de año 2003/2004, uvas incluídas con Carmen Sevilla y Ramoncín vía Youtube) e hicimos intercambio de regalos a lo amigo invisible. A mi parecer tuve más suerte que nadie porque me regalaba Rocío (hizo el papelón de su vida) y, además de regalo, fue de esos especiales que no se te olvidan nunca, de los que lloras. Vamos, que volvió a ganar mil millones de puntos si es que puede ganar más, que no creo porque siempre está en el máximo.

Cuando compartes estos momentos tan especiales, notas lo que echa uno de menos su gente, su tierra y su ambiente. Una carencia que nunca creí que me diera tan fuerte porque siempre sentí que era muy aventurero, pero la visión cambia cuando estás en un país extranjero y no eres turista. Se nota muchísimo. Y gracias a Dios no estoy solo y me han tocado las mejores compañeras de piso del mundo. Cada día me siento más orgulloso de ser ESPAÑOL, afortunado de ser ANDALUZ y privilegiado por ser de HUELVA y vivir en SEVILLA.